José Ignacio García Huidobro

José  Ignacio García de Huidobro fue bautizado el 16 de diciembre de 1747. Trabajó en la casa de Moneda desde muy temprana edad, sin recibir remuneración alguna. En 1759, a los 12 años había sido nombrado capitán de caballería del batallón de Santiago. En 1762, a los 15 años, se le confió el mando de una compañía de la plaza de Yumbel, con la dicha autoridad participo a los 14 años en el Parlamento de Nacimiento en 1764. En 1766 dio pruebas de valentía cuando la sublevación de los mapuche se extendió por el sur.Sin embargo, en 1767 volvió a Santiago para ayudar a su padre con los negocios de la familia. Cuando cumplió 25 años, en 1773, recibió un poder de su padre, el primer Marqués de Casa Real,  que ya se encontraba con un estado avanzado de demencia, para que representara sus intereses ante el Consejo de Indias y liderara el traspaso de la propiedad de la Casa de Moneda al Rey. Provisto de todo lo necesario, especialmente de cartas de recomendación de las más altas autoridades de la Capitanía, el heredero del mayorazgo (después de su madre) partió a España.  Don José Ignacio hizo presente en el Consejo de Indias que la real cCdula de 8 de agosto de 1770, por la cual se mandaba pagar a su padre el cinco por ciento sobre las sumas que le adeudaba la corona por 1os gastos hechos en la instalación de la Casa de Moneda, no había podido tener cumplimiento a causa de 10s grandes desembolsos que exigía la guerra contra 1os indios;  propuso como un remedio equitativo de remunerar a su familia la concesión del empleo de alguacil mayor de la real audiencia de Chile, por juro de heredad, para é1, sus hijos y sucesores. El rey accedió a esta solicitud, por cédula de 24 de julio de 1775 , y nombró a don José Ignacio García de Huidobro alguacil mayor de la audiencia de Chile, con un sueldo de tres mil pesos anuales; declaró que este empleo sería hereditario en la familia, y que se entendería vinculado en 1os mismos términos en que lo estaba el de tesorero de la Casa de Moneda; y dispuso que, si llegaba el caso de incorporarlo a la corona, el real erario debía pagar inmediatamente 1os 79,600 pesos que el fundador de la Casa de Moneda había gastado en establecerla.

Después de alcanzar este triunfo, que, por lo demás, no era sino el reconocimiento de una deuda sagrada, don JosC Ignacio pretendió i obtuvo, como su padre, la orden de Santiago.  Antes de volver a Chile deseó conocer otras naciones, y con este objeto recorrió la mayor parte de la Europa occidental.En el curso de sus viajes se dirigió a Italia y  visitó en la ciudad de Bolonia a1 ex-jesuita chileno don Juan Ignacio Molina, a quien tuvo la satisfacción de devolver una parte de sus manuscritos relativos a la historia natural de Chile, que le habían sido sustraídos en el acto de la expulsión, y que don José Ignacio había rescatado en Valparaíso de manos de un soldado, gracias a una buena suma de dinero. Fuente: Domingo Amunategui, La Sociedad chilena del siglo XVIII

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