Reparo del puente de Puente-Arenas y del paso de los Hocinos a finales Siglo XVI (Juanra Seco)

En las páginas 356 y 357 de la tesis doctoral de Don Salvador Domingo Mena “CAMINOS BURGALESES: LOS CAMINOS DEL NORTE (Siglos XV y XVI). UBU. BURGOS. 2015, me encuentro lo siguiente y que comparto aquí por si le interesa a alguno:
Reparo del puente de Puente-Arenas y del paso de los Hocinos Aparecen repetidamente referencias a que este camino tiene cierto peligro, en especial el puente de Puente-Arenas y el paso de los Hocinos. En 1556, se realiza un interrogatorio en que se preguntaba a los testigos entre otras cosas “si saben que los... caminos de los Ocinos y la Oradada, de mas de ser como son tan neszesarios e probechosos a estos reinos... son caminos muy peligrosos ansi por ser muy estrechos en muchas e diversas partes, que no tienen tres pies de ancho e porque confinan con el rrio de Hebro que es muy caudaloso e furioso”.
En noviembre de 1597, Juan de Naveda, maestro de cantería, como principal deudor y en nombre de Juan del Río y Diego, Gonzalo y Juan de Sisniega, maestros de cantería y vecinos de San Mamés de Arás, dice que el remate del reparo del puente de Valdivielso y calzadas de los Hocinos, por real Provisión obtenida a instancia de las merindades de Castilla Vieja, fue rematado en dicho Juan de Naveda en 6.000 ds. Juan de Naveda se obliga a dar acabada la obra y reparos, en el plazo y de la manera que se contiene en la traza y condiciones, y consiente que el alcalde mayor o la persona a cuyo cargo estuviere la obra, pueda hacer todo ello o lo que faltare y por el precio establecido, así por vía de remate como por jornales, sin que sea necesario llamarle, ni hacer otra diligencia y todo pueda cobrarse de sus personas y bienes.
Juan de Alvear, en nombre del concejo y vecinos de Puente-Arenas, dijo al Rey que sobre el río Ebro, “auia una puente quel llamauan La Puente de Ualdibielsso y una calzada que decian de los Ocinos, por la qual dicha puente y calzada que hera el camino general de los puertos de Uiluao, Laredo, Santander, Castro, Portugalete y otros puertos de aquellas costas, y las mercadurias que en ellos se descargauan, para benir a la çiudad de Burgos y uilla de Medina del Canpo, Ualladolid y esta dicha uilla de Madrid y çiudad de Toledo y otras partes destos rreynos, forzosamente [habían] de pasar por la dicha puente de Ualdibielsso y calzada de los Ocinos”, pero con las avenidas y nieves del invierno, estaba el puente tan descalzado que, si no se reparaba, se caería en breve tiempo, y además la calzada está tan perdida que no se podía utilizar porque como el Ebro era muy caudaloso, cualquier crecida la cubría por falta de cimiento, por lo que si esto no se remedia, no se podría volver a hacer con 50.000 ds. Y como el lugar de Puente Arenas era muy pobre, de no más de 36 vecinos y sin propios ni hacienda para hacer el reparo, pidieron que se mandase que el alcalde mayor de las Merindades vea el puente y calzada acompañado de maestros de cantería, y se repartiese entre los concejos beneficiados.
En mayo de 1598, se extiende una real Provisión para el remate de la obra, haciéndolo en Juan de Naveda maestro de cantería, en 6.000 ds. con 66 ds. y 7 rs. y 11 mrs. de principal. El Consejo mandó repartir la cantidad rematada entre las localidades a 12 leguas a la redonda incluyendo, entre otros, a los concejos y vecinos del Valle de Mena y Angulo que están a 12 leguas, para pagar 30.000 mrs. Se mandó al alcalde mayor que ejecute el repartimiento y haga notificar a los concejos afectados, que en 30 días paguen lo que les está repartido. El alcalde mayor depositará los mrs. obtenidos, en el depositario general de las Merindades, y pondrá una persona a pie de obra para que el dinero se gaste  no se gaste en otra cosa. En junio de 1598, el teniente de alcalde y justicia mayor en las Merindades y valles y tierra de Valdegovía, mandó a Juan Íñiguez o a Nicolás de Escalante que, con vara alta de justicia vayan a las localidades contenidas en el repartimiento que les da por vereda, y los requieran para que en 30 días, envíen los mrs. que les tocan al administrador de las alcabalas de las Merindades y su depositario general en Villarcayo. 
Tenemos una evidencia de 1663 que nos informa sobre los rodeos que se debían realizar cuando el puente de Valdivielso se encontraba impracticable para cruzar el Ebro. Los caminantes, al no poder cruzar el río por el camino recto, debían dirigirse al puente o vado más cercano que era el de Arroyo de Valdivielso (sic, parece que en ese momento Arroyo y Población eran un solo pueblo). En un interrogatorio un testigo hace la descripción del itinerario entre El Almiñé y el Valle de Mena y detalla que “… desde el dicho lugar del Almiñe a el de Arroyo legua y media y desde el dicho lugar de Arroyo a el de La Puente otra legua y media y desde el dicho lugar de La Puente a el de Yncinillas vna, debiendo hacer casi 10 km de más.

En 1734 el delegado de la Cabaña Real se quejaba de la situación de los caminos de las Merindades, cuya Junta tenía obligación de mantenerlos, especialmente el siempre difícil desfiladero de los Hocinos. 
En la segunda mitad de dicho siglo y siguiente, el camino Burgos-Bercedo (en dirección a Laredo o Valmaseda) se impone sobre el de la Horadada y cercanías de Medina, por lo que fue preciso ejecutar costosas obras en dicho paso y Cuestas de El Almiñe y Bocos.
En varias ocasiones hubo que desviarlos con el fin de suavizarlos. LOS HOCINOS, POR EJEMPLO, SUBÍAN HASTA LA ÉRMITA DE PILAS. Con los siglos acabaría siguiendo la margen del río. Con la construcción del actual puente de Valdenoceda, el medieval de Arenas quedaría relegado y lejano. La difícil Cuesta de El Almiñé sería, a su vez sustituida por el puerto de las Machorras (sic, supongo que se quiere referir a la Mazorra). Cuando ascendía por la ermita de la Hoz (hoy Santa Isabel) sufrió rectificaciones, numerosas consolidaciones del piso y arreglo de los pretiles con el fin de hacerle más accesible y seguro, especialmente durante la segunda mitad del siglo XVIII en que se reactiva el comercio con la costa cantábrica. Hubo que "gastar la peña a polvora y pico" con el fin de conseguir "un camino ancho capaz de transito para qualquier genero de carruajes, gentes, recuas ... para la conducción de lanas, granos, vinos y otros géneros desde las Castillas a los puertos de Cantabria, Vizcaya y otras partes". 
Parece que los primeros intentos del desvío de los Hocinos por sitio más llano se corresponden con los comienzos del siglo XVII, cuando se ordena a Quintana y Valdenoceda que demolieran cierto puente que había construido sobre el Ebro porque impedía la corriente. 
Desde entonces, y hasta tiempos cercanos, no han cesado los esfuerzos, aunque sigue siendo muy difícil a pesar de su necesidad. Otro tanto podría decirse de otros pasos y puertos de las Merindades: la Horadada, Escudo, Sobrón, Angulo, Lunada, el Cabrio.

Comentarios