Las “cuevas” de Valdivielso fueron cabañas en un eremitorio altomedieval

El proyecto arqueológico Cabañas de los Moros, en Arroyo, ha dado sus frutos, y con tanto éxito que requerirá de una segunda campaña de excavaciones el próximo año. Las “cuevas” de las que tanto se ha hablado en el municipio de Merindad de Valdivielso no son ni cuevas ni de los moros, como ya advertía el arqueólogo Enrique Díes, director del proyecto científico-histórico. Eso sí, se ha confirmado que son “cabañas”, receptáculos excavados en la roca que se utilizarían para despensa por parte de los eremitas que construyeron allí su eremitorio en la Alta Edad Media.
Las excavaciones se han llevado a cabo durante los últimos quince días, por un equipo de tres arqueólogos y varios voluntarios. Se ha actuado en 40 metros cuadrados de plataforma, los únicos restos, junto con las oquedades visibles, que se conservan de las antiguas construcciones. Se cree que habría cuatro o cinco viviendas adosadas a la roca, con tejado de teja y muros de separación. Sin embargo, solo se conserva parte del muro de contención, que se derrumbó, así que ahora ha tocado limpiar la zona para su estudio.

Se han encontrado las bases de las antiguas construcciones. Radio Valdivielso
Díes destaca como lo más relevante de la investigación que se ha confirmado la existencia de las cabañas, es decir, que en la Alta Edad Media hubo un eremitorio, fruto de los grandes movimientos eremíticos de los siglos VIII y IX en el Valle de Valdivielso. “Lo que no queda claro es el momento de construcción”, ha puntualizado el arqueólogo, pues es probable que los eremitas utilizasen una construcción previa para reconvertirla en viviendas, y en este caso todavía no se ha conseguido datar los restos.
De todos modos, Enrique Díes insiste en que “no vamos a encontrar nada romano”. La construcción sería poco anterior, de los siglos VI o VII, y aunque “hay muchos candidatos” como autores sí que saben que se realizó con “funciones defensivas”. Se ubica en un punto protegido, desde el que se controla visualmente todo el Valle de Valdivielso, así que se concibió como estructura militar. “Lo que no sabemos es por quién y qué les llevó a abandonar” el lugar, ha remarcado el arqueólogo.

Explosión eremítica

Además, Enrique Díes reconoce que esta explicación casa mejor con los restos hallados, pues no tienen las características comunes de los eremitorios de la zona. En la Alta Edad de Media, en un momento de ausencia de poder establecido, sin Condado de Castilla, Reino de Asturias o ocupación musulmana, en el Valle de Valdivielso aparecieron los ermitaños, que abandonaban sus casa para retirarse a rezar. Ello daba seguridad a los pueblos ante enfermedades, catástrofe meteorológicas o el miedo al enemigo.
Las excavaciones quedarán tapadas hasta nueva campaña pero se puede acceder a la zona para visitarla
Los eremitorios estuvieron habitados hasta la fundación del Monasterio de San Pedro de Tejada, en el siglo IX, cuando los eremitas decidieron centralizarse. Y los otros eremitorios de la zona no coinciden con el de las Cabañas de los Moros, precisamente porque este se construyó sobre una antigua estructura. Otro de los descubrimientos realizados es que el eremitorio fue desmantelado y sustituido por una ermita, la de San Esteban, en el siglo XV. Se aprovecharon los materiales, se niveló el lugar y se levantó la construcción religiosa.
En las excavaciones también se han encontrado restos de cerámica, muy fragmentada y solo con valor histórico; alguna pequeña moneda; y clavos. También han hallado intentos de saqueo. Algún clandestino se ha acercado al lugar y, en busca de quién sabe qué tesoros, ha destrozado parte del yacimiento. En él todavía se tendrá que trabajar durante una campaña más, el próximo año, pues quedan dudas por resolver como la datación de la estructura original que dio lugar al eremitorio.
De momento, la excavación se ha tapado para su conservación, aunque es visitable ya que se han mejorado los accesos. Cuando el proyecto concluya, se acometerá la consolidación definitiva y se pondrá en valor el yacimiento, para abrirlo al visitante, con instalación de paneles informativos y señalética. El arqueólogo confía en que el Ayuntamiento y la Diputación apuesten, de nuevo, por el proyecto, que este año ha contado con una inversión de 19.400 euros, de los que 9.400 ha puesto la Institución Provincial.

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