Capítulo 33: Fernando García Huidobro García Huidobro y la Guerra Civil del 91.

Don Ricardo García Huidobro De la Cerda, hijo del primer matrimonio de Luis García Huidobro Aldunate y de Clementina de la Cerda Troncoso, no cabía en sí. El dolor era demasiado intenso. Nadie habría podido preparle a semejante sufrimiento. La muerte de su hijo Fernando, destrozado por las balas enemigas en Placilla, durante la etapa final de la guerra civil de 1891, había sido algo imposible de consolar. El dolor era tan personal, tan difícil de poner en palabras.  Fernando García Huidobro García Huidobro era hijo de Ricardo García Huidobro de la Cerda y de su prima hermana María Rita García Huidobro Echeverría, hija de José Antonio García Huidobro Aldunate y de Doña Carmen Echeverría Ruiz Tagle. Fernando había nacido el 20 de Julio de 1863. Era el primogénito de 10 hermanos. ¡Sólo tenía 28 años al momento de su muerte! Ricardo García Huidobro tomó una foto donde aparecía Ricardo junto a sus compañeros del Seminario donde había entrado como interno a los 10 años. La foto era del día de la graduación y el joven aparecía en la tercera fila desde abajo, es decir entre los más altos del curso. Era un joven tan responsable, disciplinado, bondadoso, y buen deportista. Para un padre no había mayor satisfacción que escuchar año tras año los halagos que se decían sobre su hijo en el Seminario. A tal punto era su responsabilidad que no tomó el tiempo preparatorio para los examentes finales, sino que los dió al momento de terminar el período de clases, graduándose con honores el 3 de Enero de 1881. Un joven gentil, responsable, buen deportista. Entró a estudiar derecho, donde se dedicó con todo el alma a los estudios. Ricardo García Huidobro suspiró profundamente. Y ahora ¿alguien me puede decir qué hacer sin mi hijo?Tomó una nota que hace poco había recibido del cuerpo de bomberos. 

Santiago, 21 de septiembre de 1891. 
Señor don Ricardo García Huidobro

Señor: cuesta muy caro la victoria: en cada día, en cada hora, nos trae el funesto presente de un dolor. 
Fué voluntario de esta compañía don Fernando García Huidobro; le conocimos; y es por eso que estamos muy cerca de Ud. en su justísima pena. 
No podríamos olvidar al buen compañero; no tenemos el derecho de dejar ignorado el nombre de un mártir de la patria; y nuestras listas de asistencia á actos de servicios, que Ud. calificará bien, quieren conservar siempre su nombre. 
Este recuerdo, siendo muy cariñoso y simpático para nosotros, importará también un llamado que no nos permita alejamos del cumplimiento de los deberes de humanidad. 
Somos de Ud. atentos y S. S. 
Samuel Izquierdo

Ricardo hecho a llorar como un niño. No podía parar. ¿Quién me dice cómo se hace ahora sin la presencia de Fernando? Sí, el muchacho había sido tan responsable que combinaba sus estudios con los de bombero para poder así sentirse útil a la sociedad. Y no sólo eso, además, tuvo que asumir responsabilidades en el campo donde fue querido por sus vecinos y jornaleros. Un joven estudiante de Leyes, bombero, e innovador agricultor. Y como si todo eso no fuese suficiente, se hacía el tiempo para incorporarse a la Academia Filosófica de Santo Tomás que celebraba sus sesiones en el Colegio de San Ignacio, bajo la dirección de los padres Jesuítas. Cada vez que llegaba agotado a casa, iba a saludar a sus padres con un cariñoso bezo. Finalmente obtuvo el título de bachiller en Leyes el 12 de Enero de 1884, la licenciatura el 29 de Diciembre del mismo año, y luego de rendir el examen ante la Corte Suprema juró como abogado. ¡Un abogado de sólo 21 años!

El llanto de Ricardo García Huidobro se escuchó por toda la primera planta de la casa. Rita García Huidobro, su mujer, se le acercó desde atrás y le abrazó. "Mi amor, estoy aquí, con Usted. Dios me dice que Fernandito también está entre nosotros". Ricardo luego tomó la fotografía de Fernando sobre un corcel y vestido de huaso. Además de practicar como abogado, se había desempeñado como juez en una subdelegación de Buin. Todos le querían, era un tipo que propugnaba la reconciliación en vez de las disputas. En ese tiempo se hizo socio del Club de la Unión, del Club Gimnástico, y de la Academia Musical del Círculo Católico. Todo esto antes de que se cirnieran las negras nubes sobre la patria. "Mujer, dime por favor que murió sin dolor" rogó Don Ricardo García Huidobro mientras abrazaba a su mujer.  

Cuando Balmaceda asumió el poder de la República invitó algunas veces a su tertulia a Fernando García Huidobro. Incluso le prometió algún cargo público, cosa que nunca se concretizó, entre otras razones, porque desde muy temprano Fernando se pasó al bando de la opisición. El 1 de Marzo de 1891 Fernando García Huidobro entró en el ejército como capitán y ayudante del coronel Estanislao del Canto. Luego de un tiempo en Santiago fue enviado al norte donde participó activamente en la toma de Pozo Almonte, Antofagasta, Tacna y Árica. Luego fue enviado al sur donde participó valientemente en la batalla de Concón. Luego de ese díficil triunfo la marina persiguió al ejército de Balmaceda hasta la localidad de Placilla donde el joven encontró la muerte. "Fue cuando se dirigió con un puñado a punta de sable y a caballo contra la planilla mayor de lo que quedaba del ejército de Balmaceda-sollozaba Ricardo García Huidobro hombro con hombro con su mujer, mientras que con su mano derecha acariciaba el uniforme destrozado y lleno de restos de sangre de Fernando-era un loco, un valiente, un hombre que no era de este mundo". Nuevamente lloraron juntos.

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