El coronel Benito Bonifaz y Alvarado de Velasco, (Irene Garmilla)


 De Valdivielso al Perú: el coronel Benito Bonifaz y Alvarado de Velasco, padre y abuelo de libertadores y revolucionarios. –Y algo sobre su esposa criolla, María Josefa de Castañeda y Hoyos-Noriega. –También un vistazo a la familia que quedó atrás, en la vieja Europa.

Desde Población de Valdivielso hasta el Virreinato del Perú se fue el valiente y decidido Benito Bonifaz y Alvarado de Velasco, para establecerse finalmente en Cajamarca y crear allí una larga dinastía de Bonifaces peruanos de origen valdivielsano. De él he sabido que desde el 13 de diciembre de 1771, a los 27 años de edad, era sargento mayor del Regimiento de Españoles en la provincia peruana de Chachapoyas. Con fecha 17 de agosto de 1773 fue ascendido por la Capitanía General del Reino del Perú a coronel de caballería en la provincia de Luya y Chillao, lindante con la de Cajamarca, a la que pasó para establecer su residencia en la ciudad del mismo nombre y servir como coronel de infantería de la Milicias Provinciales Urbanas del Primer Regimiento de Cajamarca en 1782. Todo esto lo explica el propio Benito Bonifaz y Velasco (así firmaba) en una solicitud que envió en 1798 al Rey de España, Carlos IV, solicitando un Despacho Real en el que se le reconociera la antigüedad en el puesto al menos desde 1789, ya que los ascensos en el virreinato seguían, al parecer, unos procesos de los que no siempre se daba por enterada la Corona de España.* Benito Bonifaz y Velasco mantuvo este último empleo al menos hasta 1819, según los anuarios militares**, y no aparece ya en los de 1820 y 1821, pero no he podido saber si esta desaparición se debe a su fallecimiento o a que pasó a la reserva al cumplir 75 años. [Sabré un poco más cuando reciba del Archivo General Militar de Segovia su hoja de servicios, pero dicen que esta llegará para Navidad, en el mejor de los casos.]
Como se ve en el organigrama adjunto, Benito era nieto de los que fueron señores de la Torre de Población, Gabriel Bonifaz y Arceo y su esposa Clara Bonifaz y Ruiz Barrientos, la cual había recibido de su hermana Melchora como dote matrimonial dicha torre y una flamante capilla en la iglesia. Melchora había sido la viuda sin hijos del último Alonso de Huidobro poseedor del mayorazgo vinculado a su linaje. Los nuevos dueños de la torre, Gabriel y Clara, se establecieron en Población hacia 1705, año en que contrajeron matrimonio, y tendrían allí una amplia descendencia a lo largo de generaciones. De su hijo Marcos Bonifaz y Bonifaz nació el 21 de marzo de 1744 Benito Bonifaz y Alvarado de Velasco. Por supuesto, todos los datos genealógicos de esta notable familia de Población hay que agradecérselos a Juanra Seco, que la ha estudiado a fondo.
En Población quedó su hermano mayor Bartolomé Bonifaz y Alvarado de Velasco, nacido en dicho lugar el 24 de agosto de 1730, heredero del mayorazgo que habían poseído los Alonso de Huidobro. Bartolomé, señor de casa y torre, se casó en Güeñes (Bizkaia) el 6 de marzo de 1764 con María Narcisa Inocencia Castaños y Menoyo, nacida en Respaldiza (Ayala, Álava) en 1743, hija de Antonio Castaños Retes y María Menoyo Armona. Bertolomé y María Narcisa serían los progenitores de Benito Bonifaz y Castaños, nacido en Población en 1767. Este sobrino del “Benito Bonifaz americano” se estableció en Fuenmayor (Logroño) y fue diputado provincial por Logroño en la primera Diputación de Soria, constituida en 1813 con un ámbito territorial más amplio que el de las provincias que luego se establecerían. En un acta notarial⁰*** de 1828, Benito Bonifaz y Castaños aparece como residente en Madrid cuando un “comisario de guerra” francés “al servicio de España” le otorga poderes desde el consulado de París para que le gestione en Madrid sus asuntos, especialmente la reclamación de los pagos que aún le debía el Real Tesoro. ¿En qué andaba metido este don Benito durante la llamada Década Ominosa para ser hombre de confianza de un militar francés que habría ayudado a Fernando VII a seguir con su absolutismo y masacrar a los liberales? ¿No había sido don Benito más bien liberal, o al menos constitucionalista? ¿Me había hecho yo demasiadas ilusiones? ¡¿Por qué se ponía al servicio de uno de los Cien Mil Hijos de San Luis?! Bueno, lo de Fuenmayor estaba más claro: también había vivido allí un tío abuelo suyo, Juan Manuel Bonifaz y Bonifaz, nacido en Población el 1 de enero de 1709, así que es posible que la familia tuviera negocios en La Rioja, tierra de buen vino.
Del matrimonio entre el político, magistrado y militar Benito Bonifaz y Castaños y su prima Gertrudis Bonifaz nació en 1805, en Fuenmayor, el famoso pedagogo Juan Manuel Bonifaz y Bonifaz (con nombre y apellidos coincidentes con el antes mencionado, pero con dos generaciones de diferencia), que fundaría y regentaría colegios en Buenos Aires y en Montevideo, tras haber estudiado y trabajado en París, donde vivió entre 1825 y 1830 con su tío Paulino Bonifaz y Castaños, nacido en Población en 1768, un canónigo de Salamanca afrancesado y bonapartista (que también los hubo). No me esperaba yo que desde Población se mirara tanto a Francia. Pero por esta vía nos enredaríamos ahora con otras historias que todavía están por explorar y que ya saldrán a su debido tiempo.
Como solía ser habitual entre los hijos varones que no heredaban -en este caso los cuatro hermanos más jóvenes- Benito Bonifaz y Velasco optó por la carrera militar y otros dos hermanos suyos se hicieron religiosos: Joaquín José, nacido en 1739 fue cura presbítero en Murcia, y Eusebio Casimiro, nacido en 1747, se hizo religioso capuchino y vivió como capellán en Población. Sobre el cuarto hermano, Gabriel León Bonifaz y Alvarado de Velasco, nacido en Población en 1736, de momento no hay dato alguno. Tampoco conozco datos, por ahora, sobre la fecha y las circunstancias de la emigración de Benito a América. Así pues, paso a contar algo sobre su esposa y su descendencia.
Benito Bonifaz y Velasco se casó el 16 de enero de 1781, poco antes de cumplir los 37 años, en la iglesia de Santa Catalina, la Catedral de Cajamarca, con María Josefa de las Mercedes de Castañeda y Hoyos-Noriega, nacida en dicha ciudad en 1760. Entre 1787 y 1810 Josefa tuvo 14 hijos, 9 de ellos varones, aunque no sabemos cuántos sobrevivieron hasta la edad adulta. Todos nacieron en Cajamarca y fueron bautizados en la catedral de esta ciudad. Los dos mayores, José Francisco y José Isidro Bonifaz Castañeda, fueron sacerdotes. El más famoso fue José Isidro, que ocupó escaño en la Cámara de Diputados entre 1829 y 1832, y luego entre 1845 y 1849, siempre representando a la provincia de Cajamarca, siendo presidente de dicha cámara entre 1847 y 1849, y llegando también a ser deán del Cabildo Diocesano de Trujillo y rector de la Universidad de Trujillo, entre otras cosas. Antes de su actividad como político constitucionalista, fue siempre independentista, un sentimiento que predominó dentro de su familia. De sus hermanos militares, Narciso y José Domingo Bonifaz Castañeda, dice su biógrafo Fernando Ayllón*** que se incorporaron en 1821 al Ejército Libertador del Perú “a solicitud de su madre”. José Domingo llegó a ser teniente coronel de dicho ejército.
De Narciso Bonifaz Castañeda se nos dice que participó en las batallas de Pichincha (Ecuador, 1822) y, ya como capitán, en la de Ayacucho (Perú,1824). Después de esta última batalla, que inclinó el fiel de la balanza definitivamente hacia el triunfo de los libertadores y hacia la ya cercana capitulación total de las tropas realistas españolas (1826), Narciso Bonifaz Castañeda se estableció en Arequipa, en el extremo sur del Perú, donde contrajo matrimonio el 7 de agosto de 1829 con María Febres Sanabria. Pronto ascendió a teniente coronel y fue comandante del Puerto de Islay. En 1855 se implicó en la revolución liberal promovida por el Gran Mariscal Ramón Castilla. Llegó a ser coronel, como su padre, y también lo sería su hijo, Enrique Bonifaz y Febres. Pero el más famoso de sus hijos sería Benito Bonifaz y Febres, nacido en Arequipa en 1832, brillante como militar, pero más aún como poeta y orador revolucionario: «La esclavitud la humanidad degrada,/ sin libertad el pensamiento muere;/...» (véase más en las fotos). Al igual que su padre, Benito Bonifaz y Febres participó en la revolución liberal del Gran Mariscal Castilla en 1855. Tras un tiempo en prisión, se sumó a la rebelión iniciada en Arequipa por el general Vivanco y, defendiendo esta ciudad, murió a causa de un balazo en la tráquea mientras comandaba la defensa del Fuerte Malakoff, como teniente coronel, el 7 de marzo de 1858 a los 25 años de edad. Este nieto del valdivielsano Benito Bonifaz y Velasco, este chico criollo que nunca llegó a envejecer, aún tiene una calle con su nombre en Arequipa.****
Pero, volviendo a la primera generación, y al hecho de que Narciso y José Domingo se unieran al Ejército Libertador del Perú "a solicitud de su madre", no puedo evitar preguntarme: ¿qué hace que una madre envíe a sus hijos a la guerra? ¿Acaso Josefa Castañeda tenía tanta fe en el Ejército Libertador del Perú, o en sus promotores y jefes, los venezolanos Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, y el argentino José de San Martín, como para lanzar a sus hijos a la aventura? ¿Quién era María Josefa de las Mercedes Castañeda y Hoyos-Noriega? Empecemos por la última pregunta. Josefa había nacido en una familia de vieja raigambre criolla. Sus padres, Domingo de Castañeda y de Carranza, y Mariana de Hoyos-Noriega y Cáceres, habían nacido en Cajamarca en 1734 y 1730 respectivamente. También sus abuelos paternos y maternos habían nacido todos en Cajamarca. Su primer apellido procedía de su bisabuelo Pedro de Castañeda Portocarrero, “Maestre de Campo”, nacido en Sevilla en 1660 y fallecido en Cajamarca en 1695. Este se había casado con Luisa Muñoz de Piedrola y Hurtado de Chávez Enríquez, nacida también en 1660, pero en Cajamarca, y con una larga ascendencia criolla en el Perú. Esta bisabuela de Josefa era a su vez biznieta de Álvaro Enríquez del Castillo, titulado “Conquistador del Perú” y nacido en Ajofrín (Toledo) el 6 de enero de 1569. También era tataranieta de Alonso de Chávez Figueroa, otro “Conquistador del Perú”, nacido en Trujillo (Cáceres) en 1507. [Datos de Pedro CR, Geneanet].
Esto significa que, cuando Josefa nació, su familia llevaba más de dos siglos en el Perú, aunque de vez en cuando se casaran con algún chapetón recién llegado de la metrópoli, como había hecho ella misma. Por consiguiente, era normal que Josefa se sintiera peruana hasta la médula y, por otra parte, era poco o nada el futuro que se podía esperar del virreinato, sometido a una metrópoli cada vez más caótica en lo político y más hundida en lo económico. Si dos de sus hijos iban a ser militares como su padre, Josefa preferiría verlos en el lado de los libertadores, que aportaban esperanza, y no en el de los realistas, que defendían la supervivencia de políticas coloniales decadentes y obsoletas, sin futuro alguno. Si como madre iba a sufrir, al menos querría hacerlo pensando que sus hijos e hijas iban a disfrutar de un país mejor y que sus hijos militares iban a estar del lado de los vencedores. Y, al menos en esto último, no se equivocó.
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Todo esto ha partido de una curiosidad que me suscitó el padrón de moneda forera, o como decían entonces “padrón de la distinción de estados noble y general”, o sea, la lista de hidalgos y pecheros realizada en Población de Valdivielso en el año 1815.***** En dicha lista Benito Bonifaz y Velasco aparece como “residente en los Reinos de Indias” y, por supuesto, es declarado “hijodalgo notorio de sangre”. Con la misma hidalguía figura su sobrino, el presbítero don Paulino Bonifaz y Castaños, como “ausente sin saber su paradero”, y en este caso mi curiosidad me llevó a saber más que sus paisanos de entonces, por ejemplo, que don Paulino había tenido que huir a Francia con otros clérigos bonapartistas, así como más cosas que, como he dicho antes, ya contaré en otra ocasión. Y es que las historias de los Bonifaz son muchas y largas. En dicho padrón de 1815 aparece asimismo otro sobrino del coronel, Benito Bonifaz y Castaños “vecino y residente en Fuenmayor, La Rioja”, que es el diputado y presunto conspirador que también he mencionado antes. En el padrón se indica que sus padres, Bartolomé Bonifaz y Alvarado de Velasco, y su esposa María Castaños, eran ya difuntos. De los diez hermanos y hermanas Bonifaz y Alvarado de Velasco que Juanra Seco tiene registrados, el único mencionado en el padrón es el coronel que está en las Indias, por lo que cabe suponer que los demás ya habrían fallecido. Y de los también diez hermanos y hermanas Bonifaz y Castaños de Retes, aparte de Benito y Paulino que están ausentes, en el padrón de 1815 solo queda una hermana, la cual residía en Población con su hijo.
Se trata de Isabel Bonifaz y Castaños, nacida en Población en 1774, “y Manuel Bonifaz, su hijo, sin que se le pueda dar otro apellido más que el de la citada doña Isabel, su madre, por tener causa pendiente”. En mi opinión, esta causa no puede ser otra que la correspondiente a unos pleitos que coleaban desde 1805, cuando Bartolomé Bonifaz y Alvarado de Velasco demandó a Tomás Huidobro y San Martín, “clérigo de prima, capellán y residente en Quintana de Valdivielso” ante el Tribunal Eclesiástico de Burgos “sobre estupro y palabra de casamiento” y “satisfacción de daños” ocasionados a su hija Isabel Bonifaz. Tras la condena de Tomás, este apeló sin que el Tribunal le admitiera las apelaciones, y acabó presentando un recurso de fuerza, que tampoco prosperó,⁰* ante la Real Chancillería de Valladolid. Al parecer, según lo indicado en el padrón, el asunto seguía sin resolverse en 1815. Gracias a los datos que nos aporta amablemente Francisco Javier Polanco Munoz, sabemos que Tomas Huidobro y Fernández de San Martín contrajo matrimonio en 1817, pero no con Isabel, sino con Casilda Valdivieso Morquecho. En cualquier caso, está claro que los pleitos entre la gente con posibles pueden durar mucho tiempo.
Lo cierto es que, para trazar la historia de Valdivielso, son un tesoro estos padrones, aunque lamentablemente muchos están desaparecidos, o son inaccesibles por su estado de deterioro y la falta de contratación de restauradores que trabajen para los archivos. A principios del siglo XIX los padrones de moneda forera se hacían cada siete años, pero pronto dejarían de existir. La separación de estados (el noble y el general) fue abolida en 1836. Los mayorazgos se habían suprimido en 1820, y la Constitución de Cádiz de 1812 había eliminado el fuero privilegiado de la nobleza, aunque solo en teoría, porque los vaivenes de la política, con la vuelta del absolutismo y la fuerza demostrada por los partidos llamados apostólicos o ultraconservadores, hicieron que durante décadas la situación fuera bastante confusa. Desde luego, el orgullo de “valer más” ha perdurado durante mucho tiempo, porque la idea de nobleza, aunque fuera solo la de los infanzones, siguió alimentando la autoestima de mucha gente.
Me estoy acordando del hidalgo de Villar del Río, con “los retratos de sus héroes, los antepasados de Cajamarca, Biobío y Tucapel”,⁰** el que en la película de Berlanga, “Bienvenido Mr. Marshall”, se opone a que sus paisanos organicen recibimiento alguno para unos “indios” americanos. Sin embargo, los Bonifaz de América, y tantos otros hidalgos que allí nacieron y crecieron, fueron protagonistas de una historia nueva, cada vez más alejada de la historia de Europa y de sus añejas monarquías y aristocracias. Pero, también hay que decirlo, los auténticos indios, los nobles incas, los huancas, los chachapoya, los luya, los chillao, con los que Benito Bonifaz y Alvarado de Velasco se veía todos los días en aquellas hermosas tierras peruanas, y que convivieron durante siglos con la familia criolla de su esposa, ellos... no tenían ya voz, ni nombre, ni historia desde que en Cajamarca en 1532 fuera capturado y ejecutado el inca Atahualpa. Alguna rebelión hubo, que solo sirvió para unir más a la minoría blanca del Perú y retrasar su lucha por la independencia. Libertad y justicia proclamaban los libertadores. Bellos conceptos que se hacen esperar y nunca llegan.
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[Rápido y eficiente el Archivo General de Simancas para indicarme el enlace a las hojas de servicios.* Lástima que son muy breves y terminan en 1797. Sobre Benito Bonifaz y Velasco, solo hay lo que ya sabía y puse en el artículo. Únicamente nos confirma que era de "Valdibiezo" y nos indica que su salud era "robusta".
⁠Con el cadete Francisco Bonifaz y Velasco la sorpresa ha sido grande. No puede ser hermano de Benito, pues se llevan más de 30 años y, además, Francisco nació en Cajamarca. Tiene que ser un hijo suyo, pero solo lleva los dos apellidos de su padre, y no el de la esposa de Benito, Josefa Castañeda. Esto nos lleva a la hipótesis de que fuera un hijo bastardo, tal vez de alguna india peruana, lo cual solía ser muy normal y frecuente en aquella sociedad colonial. Se precisa "su calidad español distinguido del país", a diferencia de la calidad de Benito, que es "caballero noble hijodalgo notorio". El hecho de no reconocerle la hidalguía también apunta a que Francisco no fuera hijo legítimo.]
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*PARES. “Milicias de Cajamarca. Empleos.“ Archivo General de Simancas, - SGU,LEG,7126,5 http://pares.mcu.es/Pares.../catalogo/description/1302361...
Hojas de servicios- SGU,LEG,7287,4
**En “Estado Militar de España”. Anuarios disponibles en la Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España.
***Artículo elaborado por Fernando Ayllón Dulanto. Sitio Web del Museo del Congreso y de la Inquisición.
****“Lira Arequipeña: colección de las más selectas poesías de los vates antiguos y modernos”, 1889. Editor M. P. Chaves. Págs. 1-7 (13-20 en el PDF)
*****Archivo Histórico Provincial de Burgos. Protocolos notariales 3.087/1. Escribanía de Manuel González García en Población de Valdivielso.
⁰*Real Chancillería de Valladolid. PL CIVILES,PÉREZ ALONSO (OLV),CAJA 1273,11
⁰***Archivos de la Comunidad de Madrid – Protocolos notariales

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